martes, 5 de mayo de 2009

De la felicidad y otros demonios


¿Has estado alguna vez en un parque de diversiones? Generalmente hay filas larguísimas, y te tienes que formar para que llegue tu turno de subirte a la montaña rusa, lo anhelas, pero siempre hay personas antes que tú, puedes ver como bajan felices, escuchas los gritos desde la fila, y los envidias, porqué tu quieres estar ahí, pero no es tu turno aún, hasta que después, cuando menos te lo esperas, estas sentado en el carrito, y la montaña se empieza a mover, y eres feliz, gritas y tu corazón late, hasta que el viaje se termina, y te tienes que volver a formar.
Así es la felicidad, momentánea, casual, muchas veces inesperada. De no ser así se convertiría en algo normal, aburrido.
La pregunta es ¿qué cosa te hace feliz? Y yo creo que no es una cosa, si no un conjunto de condiciones, una serie de eventos y una mentalidad específica la que condiciona la felicidad. Sobre todo la mentalidad, porque de alguna manera controla nuestras reacciones ante determinada situación.
A mí hay varias cosas que me ponen feliz, como una canción, un helado de chocolate, sentir el viento en el cabello, o escuchar un buen chiste, pero no estan exentas de tristeza, porque si hay alguna situación que sea contraria a la de bienestar de por medio, hasta el mejor de los chistes me podría hacer llorar.
A mí lo que me hace plena, a pesar de las adversidades es SENTIRME CREATIVA, en cualquier sentido, estar llena de ideas y poder realizarlas, tener algo rondando en la cabeza y hacerlo realidad, me gusta el proceso y la finalización. Es muy agradable terminar algo y al final sentirse orgulloso de ello, y decir –lo he hecho, porque no depende de nadie más que de uno mismo. Me siento muy bien cuando termino las cosas que deseo hacer, porque sé que no estarían vivas de no ser porque tuve la decisión e hice todo lo que pude por hacerlas realidad. Es decir, de alguna manera son proyectos que no le incumben a nadie más que a mí, y me hacen sentir que tengo el control.
Se dice que la felicidad es el último fin del ser humano, pero cuando se mezcla con orgullo y satisfacción, se llega a la plenitud, y cuando eso se puede hacer sin Prozac o Valium, es el mejor sentimiento del mundo.

3 comentarios:

  1. no pudieses tener mas razon. un saludo.

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  2. Maldita felicidad porque debe durar tan poco, y no puedes replicarla tan facilmente, ninguna droga te hace sentir tan bien, o no que yo conozca ¬¬

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Gracias