miércoles, 25 de febrero de 2009

Lucha liiiibre


-¡P*TO, PUT*-..!! Retumbaba como una especie de himno antes de empezar el show. Era el calentamiento previo a una masacre encerrada, posterior a los boletos amarillos, el acomodador, y la cerveza. Quien no ha ido a las luchas, no conoce México (punto final).
Es una pequeña muestra de lo que es nuestro país. Desde los trajeados de seguridad, el orden de la empresa que “exige” respeto, y los desmanes que se arman adentro, reflejan lo que somos como sociedad: ósea, ES lo que no parece, se insulta con máscaras [piratas (¿por qué no?)], el baño apesta, y los “importantes” son puro show.
Vendedores de sopas, palomitas, sándwiches y tortas insalubres que causan indigestión se apoderaban del ambiente del lugar. Hombres enmascarados haciendo señales obscenas y gritando hacia la porra técnica en las gradas es normal, es donde los niños aprenden ese lenguaje florido que tanto nos gusta de los barrios mexicanos. Cualquiera que no esté familiarizado con el ambiente podría sufrir un ataque de pánico, antes de haber comenzado la pelea.
Luces, cámara, acción. Se anuncia a los luchadores, edecanes en traje de baño, le abren paso a hombres grandotes de apariencia malosa que salen de una puerta automática de metal para aproximarse al cuadrilátero. Uno, tras otro, y así como seis tipos dispuestos a ganar; los de un equipo con máscaras, cubriendo su identidad, o más bien, haciéndose de una, (quesque porque es muy místico eso del misterio de esconderse), y por el otro lado, cabelleras largas y grasosas que son punto débil para los mañosos jala-pelo. Torsos desnudos, panzas grasientas, y brazos musculosos son el pan de cada día de la Arena Coliseo.
-AFUERA, ES OTRA COSA, se olvidan las disputas entre rudos y técnicos y hasta la gente del barrio convive tranquilamente. Las damas se ven muy diferentes. En el cuadri son luchadoras, pero en la calle se respetan-, me contó Carroña, un luchador que en realidad se llama Aarón, que además de ser luchador desde hace 12 años, se dedica al comercio en Puebla.
Entre luces, insultos, marometas y madrazos, se disipa un poco la violencia en la ciudad. La gente se relaja, y no necesita de mas para salir a la calle eufórica, y con sus emociones fuertes encerradas en la Arena, esperándolos para su próxima visita.
Tres caídas, y pierden, y llega el siguiente grupo, cada vez con personajes más reconocidos que despiertan la afición del público desatando gritos de furia, y ahogando insinuaciones pecaminosas por parte de las chicas. Al final, lo mejor…las pompas de Marco Corleone.

4 comentarios:

  1. lucharaaan! de dos a tres caídas!!!... las luchas son el máximo cockteil de lenguajes dopantes cargados de violencia, obsenidades, testosteronas y chicas buenotas.

    ...sin límite de tiempo.

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  2. A mi me gustan las luchas. Me gusta cuando un gordote se ace sobre otro gordote y pretenden que les duele. Hola hola.

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  3. *no es "ace" es: cae
    la siento, error de dedo

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  4. Q onda zu, como estas??? oye dichosa tu que se ve tienes facultad para narrar en escrito. Te mando saludos chavala.

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Gracias